Este fue mi paseo del 2011 en el jardín botánico; aquí les comparto mi manera de verlo y vivirlo.
Jardín Botánico de Medellín... Fiesta
10 días transcurrieron en este renovado jardín en la ciudad de Medellín, el escenario unió una vez más el arte, la cultura, los sueños, los viajes y el placer de disfrutar y leer. Un espacio que nos contagió ese animo de viajar teniendo el pasaporte en las manos.
En pleno corazón de la ciudad se situó este mágico y placentero evento ”FIESTA DEL LIBRO Y LA CULTURA ¡LATINOAMÉRICA EN MEDELLÍN!“ que permitió más de 2.200 actividades.
El ambiente fresco dejó que una multitudinaria masa llegara de visita, los guarises, botijas, escuincles, chavos, guagüitas, pibes, chamaquitas, meninas, garotos, changuitos, crianzas, cigotes, patojos, pelaos, negritos, chiquitos, angelitos, niños, creciditos, adultos, mayores, viejitos y hasta yo nos internamos en este cuento. El plan era sentarse en una de las carpas a escuchar buenas historias, a cantar, a leer, a mirar y entender cada exposición. Si ibas en un grupo grande contabas con guías, si deseabas hacías tú solo un recorrido y decidías donde parar y echar un vistazo más a fondo.

La alcaldía se tomó el trabajo de informar a todos los ciudadanos y se notó el énfasis en los colegios públicos para que hicieran parte de esta actividad; la feria no los defraudó, era notable el énfasis a los niños, bebeteca, stands kids, libros de muchos colores, formas e ilustraciones llamativas.

Los stand bajo la autentica obra arquitectónica del Orquideorama José Jerónimo Triana que engalanaron la fiesta, exponían textos llenos de sabiduría, experiencias y para todos los gustos. Con temáticas variadas, costosos y hasta en promoción se podían hallar en todos. Lo digo por experiencia eran libros de ganga; a mi primo le compré por solo 2.000 pesos colombianos ”Vampiratas“ y yo me di el gusto de regalarme dos que a lo sumo me gasté 15.000 pesos.
El pabellón de la alcaldía reunió una mágica temática, Recordó a este poeta de los niños y gran poeta para los que ya no somos tan niños, mostró fragmentos de sus historias, imágenes que inmédiatamente traían a tu mente esa fábula, permitió la interactividad escuchando por un momento esas narraciones, poniendo tu cara en el cuerpo de los personajes y hasta pescando como “Simón el bobito”. Había un túnel cubierto de sus poemas y jóvenes que enseñaban el nombre de cada asistente en un nuevo lenguaje demostrando que con las manos también se podía comunicar.

Fue realmente mágico, diferente e impactante llegar a esta esfera, pude recordar viendo a una señora mayor a mi abuela, me pregunté ¿Qué haría ella si pudiera deleitarse en una visita como estas?, claro si no tuviera la enfermedad del olvido y también vinieron a mi mente esos bonitos recuerdos de cuando niña mi mamá me regalaba con su melodiosa voz bonitas historias.
Rafael Pombo, sus cuentos y adaptaciones me hicieron pensar en voz alta y narrar “La Pobre Viejecita”, “Mirringa Mirronga”, “El Renacuajo Paseador” y otras que poco a poco fui evocando. Una bonita experiencia que me gusta regalarme, ya el año anterior la había disfrutado y planeo seguir haciéndolo año tras año mientras esté en esta ciudad ya que siento que es una manera diferente de educarme más y más. A ti te invito que lo hagas, si fuiste no dudes en volver el próximo año y si lo perdiste no dejes que te vuelta a suceder.
Diana Carolina Munera Herrera
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